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Visual Thinking y Webbing, la historia de un win-win

Visual Thinking es una de esas palabras cool que se oye en las empresas desde hace unos años. Mucha gente la usa pero pocos saben en qué consiste realmente. En el blog de BBVA Next Technologies ya somos expertos y hemos hablado de en qué consiste esta metodología y cómo emplear los mapas mentales, pero en este post vamos a centrarnos un poco en las ventajas de otra de sus técnicas, el webbing y cómo puede ayudarnos a conseguir buenas soluciones para todas las partes (lo que conocemos como «win-win»).

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¿Eres Visual Thinker?  

Permíteme que te cuente una reflexión”. Lo más sorprendente es que muchos usan esta forma de pensar sin ser conscientes de ello. ¿Quieres saber si estás en este grupo? Sigue leyendo. “El pensamiento visual o visual thinking es innato a la condición humana, y ha estado presente desde nuestros inicios como especie en todo tipo de representaciones como sistema para expresar ideas, contar historias y afrontar situaciones o problemas. Y consiste en la manifestación de ideas y pensamientos de forma gráfica, facilitando de esta manera la comprensión y asimilación de conceptos que por su complejidad son más difíciles de explicar de otra manera.”

¡Toma ya!

Clarísimo, ¿no? Eso es porque esta explicación no es Visual Thinking
Ahora sí, te recuerdo: Con Visual thinking la información se transmite de manera muy directa y se asimila muy rápido. Lo visual es más directo y permite transmitir ideas complejas de forma rápida y eficaz.
¿Y por qué está tan en auge últimamente? Nuestro mundo se ha convertido en un entorno VICA: Volatibilidad, Imprevisibilidad, Complejidad y Ambigüedad.

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En este entorno complejo y saturado de datos es cada vez más indispensable controlar estrategias o formas de pensar que nos ayuden a sintetizar mejor la información y a operar intelectualmente.

Aquí es donde entra el Visual Thinking –> resumir y simplificar la información para que pueda consumirse en un sólo golpe de vista

Y aquí es donde os puedo decir que casi todos usáis o habéis usado alguna forma de visual thinking. Todos habéis tratado de simplificar la información que os llegaba en algún momento para asimilarla mejor: hacéis flujos, metáforas visuales, ¿quién no ha llenado su cuaderno de dibujitos en una reunión?, habréis usado esquemas para estudiar o chuletas (con la finalidad única de sintetizar la información, claro está), diagramas, gráficos…

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El visual thinking se sirve de diversas técnicas para conseguir este objetivo. Éstas, además de que pueden combinarse entre sí, traen beneficios propios. Algunas de ellas son:

  • Webbing (o Clustering)
  • Double webbing
  • Sketchnoting
  • Mind Mapping (ya lo habéis visto en el post de mi compañera Cristina Riveiro)
  • Concept maps
  • Uso de plantillas (muchas veces usadas en metodologías ágiles como apoyo a sus ceremonias: el barco, el avión, el camino a la montaña, el iceberg…)
  • Canvas (business model canvas…)
  • Gráficos
  • Diagramas de flujo

Las técnicas con más visibilidad suelen ser el Sketchnoting (“los dibujitos”) y los mapas mentales (mind maps), pero vamos a lo que nos ocupa en este post: el webbing.

El Webbing  o clustering.
Es una técnica, colaborativa o no, que aparece en Europa en el s.XVIII, sirve para sacar información, ayuda a romper bloqueos mentales y su proceso no tiene que ser muy analítico. Se trata de extraer ideas hasta vaciar tu mente de manera no estructurada.
A partir de aquí iteramos y vamos estructurando (todo lo que salga no será útil).

Puede usarse para tomar notas, resumir información, tomar notas, to-do list…

Fue una técnica muy usada en El Bulli durante años, impulsada por el chef Ferrán Adriá y el diseñador de producto Luki Hubber como parte del proceso de creación e innovación del restaurante. Se crearon así muchísimos web maps para explorar nuevas recetas y sabores de manera colaborativa.

¿En qué consiste el webbing?

Partimos de un concepto central (se representa exactamente así) a partir del cual vamos a obtener conceptos relacionados. Por ejemplo, si el concepto fuera “el mar” podríamos tener: azul, agua, peces, vacaciones… y a continuación, de cada uno de estos conceptos podemos conseguir más, que inicialmente no están relacionados con el concepto inicial de manera directa.

En una ocasión partiendo del “mar”, y enlazando conceptos, llegamos a la exnovia de un compañero. Estos conceptos de segundo nivel o sucesivos pueden relacionarse entre sí y crecer hasta donde se quiera (aunque lo normal es no pasar de un tercer nivel).

Aquí podéis ver cómo sería un webbing aplicado al proceso de escritura de un libro:

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Webbing: El proceso de escritura de un libro. Fuente: blog.writeathome.com

El webbing tiene una variante o evolución denominada Double Webbing. En este caso partimos de dos conceptos y se procede igual que en la modalidad simple, con la diferencia que aquellos conceptos comunes a los 2 elementos iniciales irán entre ellos, mientras que los no comunes irán a los extremos.

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Esta técnica permite encontrar puntos de unión entre dos conceptos aparentemente distantes. Se convierte así en una herramienta perfecta para la negociación entre partes, ayudando a encontrar soluciones de Win-Win (Teoría de Juegos, John Nash). Este enfoque es cada vez más útil en el mundo actual, pues ayuda a pensar estratégicamente.

Y para terminar…

Ahora que ya conoces una técnica más de Visual Thinking puedes empezar a utilizarla. ¡Seguro que te ayuda a generar ideas!

Y para que sea más sencillo recordar la utilidad del visual thinking en general y la técnica del webbing en particular os dejo un resumen en modalidad visual thinking  ?

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Imagen: Pexels

Ilustraciones: Álvaro Calvente.

Las opiniones vertidas por el autor son enteramente suyas y no siempre representan la opinión de BBVA Next Technologies.

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